Abrí la puerta cuidadosamente para no hacer ruido y despertar a mi madre, pero antes de que yo pudiera cerrar el propio aire cerró de un portazo la puerta, dándome un susto de muerte. Cerré con llave porque el olvidadizo de mi hermano seguramente no lo iba a hacer. Después de eso volví dos calles antes de la mía para encontrarme de nuevo con Antonio. Allí estaba, mi chico tan apuesto esperándome, metido en el coche y hablando por teléfono, que raro porque Antonio no era un chico de estar pegado al móvil pero habrá sido en ese preciso momento que le han llamado, será su madre supongo. Entré en el coche esperando a que colgase, pero la llamada no parecería una tontería cuando arrancó el coche, se puso los auriculares siguió hablando y conduciendo a la vez. Sólo escuchaba salir de su boca contestaciones como "si", "claro", "ya me lo temía" ... Pero no podía coger el hilo de la conversación ya que no escuchaba a través de los auriculares. Llegamos a casa de Angy y aún estaba hablando, yo hice caso omísono, ya que no era una conversación que me afectase ni me beneficiase, era una conversación de mi novio y que él creería oportuno contarme o no.

-Me voy ya - le dije con un tono bajo, mientras abría la puerta del coche. No tenía cara de preocupación, pero realmente me preocupaba esa llamada, aunque a él se le veía sereno.

No pudo decirme nada, me dijo sin hablar que me quería y me dió un beso en la boca. Cerré la puerta le dije adiós con la mano mientras se marchaba, no sé si lo vería o no, pero yo lo hice. Sabía que estaba volcado en esa llamada y yo no quise despistarlo ni intenté hablarle porque sabía de sobra que no podía contestarme. Me puse en la entrada de la casa de Angy, abrí la puerta que tenía antes de entrar en su pequeño jardín delantero, la cerré de nuevo con el pestillo, llamé al timbre, esperé un poco y me abrió la madre.

-Hola, ¿está Angy?.

-Si, está arriba en su cuarto, pasa y sube Ester.

-Gracias señora - como me indicó entré y cerró la puerta a mi paso, subí las escaleras, como su puerta estaba cerrada llamé a la puerta y abrí - Hola, capulla.

Se levantó dando un salto de la cama hasta donde estaba yo.

-¡Hola colgada! - me dió dos besos que parecía que no me veía en años, pero bueno siempre se agradece ese cariño que siempre ha tenido Angy por mi.

-Ya estoy aquí, como prometí, vamos a hacer ese trabajo que tenemos que hacer ¿no?.

-Por supuesto, yo he estado buscando por aquí por Internet información, pero no he encontrado nada interesante. A ver si buscando entre las dos podemos encontrar algo, allí tengo en la estantería unas enciclopedias, míralas y si encuentras algo mejor.

Estábamos haciendo un trabajo de Proyecto Integrado, sobre la Economía en los años 60 y 70. Empezamos a buscar, lo que íbamos encontrando lo copiábamos a ordenador para después imprimirlo y entregarlo. Yo era la que se encargaba de la portada, y ella de la Economía de los años 60 y yo la de los años 70, pero como pensamos que sería mejor hacerlo a la vez pues para eso me vine a casa de Angy.