sábado, 12 de junio de 2010


-Angy he estado con Antonio, y un primo suyo. A su primo se le murió el padre en un accidente de coche y el pobre es culpado por su madre y su hermano por haberle dejado el coche a su padre porque lo necesitaba, que duro ¿verdad?.

-Si, muy duro. Fíjate tú mi hermano, se va a quedar paralítico toda su vida, yo creo que es mejor que no viva porque para estar así ... Mis padres están insportables, solo quieren que me quede en casa para cuidar de él, pero es que ellos no se dan cuenta de que yo tengo mi propia vida y que por mucha pena que me de mi hermano no voy a poder ayudarle que eso es lo que más rabia e impotencia me da ... - esas palabras que salieron de su boca fueron muy duras y le llegaron tan hondo que empezó a llorar, yo no sabía que hacer, pero consolarla y hablar del mismo tema no iba a venirle bien ni a ella ni a mi.

-Pues yo he llegado a mi casa y me he encontrado con el estúpido de mi hermano, que como siempre me da el coñazo, y no me deja vivir. Lo que estoy preocupada es por una llamada que ha recibido Antonio, ha estado todo el camino desde que salí de mi casa hablando por los auriculares del móvil, con no se quien ... - pensaba para mis adentros "y creo que mejor no quiero saberlo" - Estoy preocupada Angy, ¿no estará con otra no?.

-¿¡Pero qué dices!? - me dijo casi a gritos y levantándose de la silla y dándome un abrazo - No pienses eso Ester, no quiero pensar que puedan hacerte daño, eres mi amiga, pero no tenemos la necesidad del mismo riego de sangre por el cuerpo para sentirte como una hermana, porque en el fondo de mi corazón eres mi hermana Ester y si cualquier persona se cree lo suficientemente fuerte como para hacerte daño yo responderé por ti, porque me temo que en esas condiciones tú poco podrías hacer y para eso me tienes a mí.

-Gracias Angy, muchísimas gracias, no tendré vida para agradecerte todo lo que haces por mí y tampoco para agradecerte los momentos que has pasado conmigo felices, infelices o como sean. Pero han sido momentos contigo y eso es lo que cuenta ... - estábamos casi llorándo las dos, es inevitable somos tan sensibles.

-Bueno, bueno ... - dijo apartándose de mi, limpiándose las lágrimas, refregándose los dedos por debajo del ojo, recogiendo cada lágrima que estaba cayendo de sus ojos por sus mejillas - Se acabó el lloriqueo, que creo que el trabajo es sobre la Economía de los años 60 y 70, no de las estadísticas de cuanto pueden llegar a llorar las personas en menos de 5 minutos, que seguramente tú y yo ganaríamos el record en eso.

-Cierto, es que eres una lianta, yo estaba tranquila haciendo el trabajo y tú como siempre con tus paranoias y tus ganas de charlar.

-¡Pero serás ...!

-Esta te la guardo Ester, te la guardo bajo llave.

-Ja, ja,ja.

-Ríe, que ya llorarás, pero ahora no, que tenemos que acabar el trabajo - dijo riéndose a la vez.

0 comentarios:

Publicar un comentario