sábado, 12 de junio de 2010


Al despedirnos cada uno se fue por su lado, nosotros al coche de Antonio y Tomás se fue a su coche. Me dio pena no poder estar más tiempo con él, pero yo había quedado con Angy y no la podía dejar tirada. Eran aproximadamente casi las cuatro y media pasadas de la tarde, y yo había quedado con Angy a las cinco y media, tenía una hora para llegar a su casa, aunque la verdad que no sabía si pasarme o no por mi casa antes de irme con ella.

-¿Qué hago? - dije en alto.

-¿Qué haces sobre qué? - me contestó confuso Antonio, que no sabía lo que estaba maqueando mi cabeza.

-No se si pasarme primero por casa o irme directamente a casa de Angy - dije mientras me arrascaba la cabeza pensativa.

-Lo que tu quieras cariño, tú sabes que yo te llevo a donde tú quieras, no tengo que hacer nada importante o al menos eso creo - me sonrió mientras me hablaba.

-¡Cómo te quiero grandullón! - me lanzé a él abrazándolo fuertemente.

-¡Bah! Paso de ir a mi casa, no tengo ganas de verle el careto al capullo de mi hermano. ¿Me puedes llevar directamente a casa de Angy, por favor?.

-Donde tu quieras mi amor.

-Gracias.

Abrió la puerta del coche, nos subimos y arrancó el coche dirección casa de Angy. No tardamos ni más de veinte minutos ya que esa hora es la de la siesta así que no había mucho tráfico y por eso llegamos antes, menos mal porque sino me tacharía de impuntual.

-Muchas gracias cariño, te quiero, ya hablamos esta noche - dije mientras abría la puerta del coche y me acercaba a él a darle un beso.

-Que te lo pases bien - dijo agachando la cabeza para mirarme y sonreírme.

-Y tú también - cerré la puerta.

Aceleró y mientras dejaba de divisar el coche le dije adiós con la mano. Me di la vuelta y miré hacia la casa de Angy dispuesta a irme hacia la puerta y llamarla. Dí unos cuantos de golpes en la puerta, si acaso dos o tres por si no se enteraba. Pero tuve que esperar poco.

-¿Qué haces aquí tan temprano? - me dijo sorprendida, suelo ser puntual, pero no tan puntual.

-¿Y eso que importa? Estoy aquí y punto - le dije con rintintín - No hombre, sino que he estado en casa de Antonio esta mañana y después nos hemos ido a comer, ah bueno nos hemos encontrado con su hermano, que yo ni sabía que tenía uno y con su primo Tomás hemos estado comiendo.

-Anda, conociendo a la familia ¡eh!.

-Si pues vaya gracia me ha echo cuando el hermano nos ha pillado ... - cerré mi pico, sabía que si hablaba más de la cuenta empezaría a preguntarme compulsivamente.

-¿Qué ... qué os ha pillado donde? - me dijo agarrándome del brazo metiéndome en su casa y cerrando la puerta rápidamente.

-Lo sabía, si es que no puedo irme del pico ni un momento, te digo algo fuera de tono y ya estás como mi madre, preguntándome compulsivamente ...

-¡Cómo no te voy a preguntar! Has dicho que os ha pillado, y yo quiero saber donde os ha pillado.

-Haber te lo voy a contar, pero no me mires como ¡oh dios!, que sueles mirarme así cuando te cuento una cosa fuerte.

-Joder, me estás asustando, y encima me dices que no te mire como ¡oh dios! cuando es una cosa fuerte, Ester pides demasiado para lo joven que eres.

-Tú cállate y escucha, solo haz eso no te pido nada más.

-A sus órdenes, mandona.

-Haber esta mañana como te he dicho quedé con él, y cuando llamé me recibió con una toalla rodeada a su cintura, tía vaya abdominales que tiene - puse los ojos en blanco y sacudí la cabeza de un lado a otro para no irme por los cerros de Úbesa - Bueno, no me voy a tirar por otro sitio, pues eso que me recibió con una toalla anudada en su cintura y es que se estaba duchando cuando yo llegué y nada que subí a su cuarto, que por cierto no estaban sus padres, no me preguntes donde porque no lo recuerdo, y me dormí mientras él estaba duchándose y cuando llegó a su cuarto pues me vió ahí dormidita y empezó a despertarme, porque yo le dije que lo hiciera, y tía fijate tú mi estado que le llamé mamá, una ridiculez que se me pasó por la cabeza ... El caso es que empezamos a besarnos y tal y a quitarnos la ropa, pero tía no era capaz ... Así que no hicimos nada. Pero después nos quedamos dormidos de nuevo los dos y escuché un ruido, el caso es que me asusté y bajamos al salón, entonces nos sentamos en el sofá y allí mismo lo hicimos ... Ya lo sé, pero es que no me podía retener tía, llevo unos años preguntándome que es eso, y ahora que puedo pues aprovecho ... - miré a Angy y sí, me estaba mirando con esa cara de ¡oh dios! - ¡Reacciona! - le grité.

-Que ... que ... tú has ... ¡NO ME LO PUEDO CREER! - se tiró en plancha encima mía, menos mal que estabamos en su cama que si llego a estar en un banco de la cocina me tira al suelo.

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