sábado, 12 de junio de 2010


-Buenos días – escuché que alguien estaba en el marco de la puerta sosteniéndose porque aún estaba medio dormido.

-¡Ah! Hola Rubén, ¿qué haces despierto tan temprano?.

-Tengo que llevar el coche al taller, a que le pinten un rosetón que me dieron ayer.

-¿Te pasó algo, estás bien? – le dije tan nerviosa que pegué un salto del banco de la mesa para ponerme de pie.

-Claro que estoy bien, ¿no me ves? – me dijo dándose una vuelta como si estuviera haciendo un casting para entrar en mister España – Estoy como un queso hay que reconocerlo.

-¡Que bueno!, si tu estás como un queso ... ¡Que venga dios y lo vea! – me reí por lo bajini.

-Mira niña, que me ha costado mucho estar como estoy.

-Ya, ya lo sé. Dos horas de gimnasio diarias, no hace falta que me lo recuerdes, eres un egocéntrico, así no te vas a echar novia en la vida, a las tías no nos gustan los musculitos que se quieren a ellos mismo.

-Pues sino me quiere nadie, ¡tendré que quererme yo no!.

-Si bueno una cosa es querer y otra es ¡amar!, que es lo que tu haces ... – le dije mientras le miré de reojo.

-Bueno tu que sabes niña, que este que está aquí en la fiesta de Rocher va a causa furor.

-Más bien miedo, ja, ja, ja.

-¿Miedo?, claro, lo que tu digas pequeña ...

-¡De pequeña nada bonito!.

-Bueno vale venga, no me acordaba que eras una enana.

-Tampoco soy una enana. Ya veremos quien moja más en Rocher ¡payaso! – me picó tanto que por un momento no me acordé de Antonio y cuando lo hice me arrepentí de lo que dije – Bueno ... Yo no soy ninguna furcia para vender mi cuerpo, vende el tuyo si quieres.

-Te rajaste, como siempre ... – dijo mientras miraba arriba girando los ojos en círculos, silbando y metiendose la mano en los bolsillos del pantalón del pijama.

-No voy a picarme contigo, es inútil.

-Ya porque sabes que voy a ganar.

-No, porque no voy a picarme contigo y punto – le dije severamente.

0 comentarios:

Publicar un comentario