sábado, 12 de junio de 2010


Me pidió que me pusiera la sudadera y yo le hice caso, posteriormente se guardó las fotos en su chaqueta y cuando hizo eso me agarró de la cintura, salimos del centro comercial y nos fuimos directos al coche hacía demasiado frío como para pararnos. Cuando llegamos al coche nos montamos y nos fuimos directos al centro de Sevilla para recoger las fotos. Como era difícil encontrar un aparcamiento por el centro lo dejamos un poco apartados, a Antonio no le gusta el tráfico y mucho menos las caravanas. Aparcó al lado de un instituto y desde la ventana se veía a las limpiadoras. Cerró el coche y seguidamente se puso a mi lado agarrandome de nuevo por la cintura, su sudadera me daba calor pero el contacto con el me daba aún más calor. Nos fuimos caminando estaba a media distancia el centro de donde estábamos nosotros, íbamos tranquilos sin andar demasiado rápido ni demasiado lento. El aire me movía el pelo y a el igual. No estuvimos hablando mientras caminábamos, escuchábamos a la gente que estaba cerca nuestra cotillear, la música de los coches a todo volumen y los pitos de los coches desesperados por pasar el semáforo. Nos adentramos en el centro yo me fui fijando en las tiendas para ver si había ropa en condiciones para la fiesta. Vi un vestido precioso, corto con un estampado de flores moradas y un lazo ancho debajo del pecho, ese vestido me dejó alucinada, ¡me encantaba!. Pero no pude pararme porque iba con el a por las fotos solamente. El cuando me miró y guió sus ojos a donde miraban los míos.

-¿Te gusta? – me preguntó viendo que me quedé anonadada con el vestido.

-Si, pero he venido a por las fotos contigo, ya volveré con Angy, no te preocupes – le dije girando la cabeza, mirándole y sonriéndole.

-¿Lo quieres? – me preguntó parándose.

-Te mentiría si te dijera que no.

-Vale.

Y no dijo nada más, seguimos caminando y entramos en la tienda de fotos, había muchas personas revelando fotos en una máquina automática, gente comprando cámara de fotos tanto réflex como compactas. En los escaparates había muchas fotos de gente que no conocía de una muchacha vestida de novia, de una niña haciendo la comunión ... Estaban preciosas las fotos. Aquella era la mejor tienda de fotografía que yo he conocido, aquí es donde siempre me saco la foto para el carné y aquí es donde contrató mi madre a la fotógrafa para hacerme las fotos para la comunión.

-Hola, vengo a por las fotos – le dijo Antonio que estaba en el mostrador.

-¿Me indica su nombre?.

-Antonio Fernández.

Me acerqué al mostrador con el y me puse a su lado, cuando salió la mujer del lugar donde ella guardaba las fotografías que había revelado se las dio y el abrió el paquete para asegurarse de que eran las suyas.

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