sábado, 12 de junio de 2010


No me contestó, pero no me hizo falta porque me fui directa a la cocina para comer algo y dormir o leer, o a hacer algo por la vida. Miré en el frigorífico, después de esto no tenía ganas de comer pero tenía que hacerlo, ví unos filetes, pero la verdad que no se me apetecían y menos tener que encender los fogones para hacerlos. Así que cogí un yogurt natural azucarado, una cuchara y me subí a mi cuarto a comérmelo. Encendí la luz de mi pequeña lámpara que tenía encima del escritorio, me senté y encendí el ordenador para seguir buscando información sobre el dichoso trabajo, hasta que me cansé y me fui a la cama. No tenía ganas de pensar en nada y mucho menos en nadie, y después de que Antonio no diera señales de vida tampoco tenía ganas de pensar en él. Lo más normal es que me hubiera llamado, de que me hubiera mandado un miserable mensaje para decirme que "estaba bien y que no me preocupase" pero ni eso, ni si quiera unas palabras de apoyo ... Nada. Me cansé de buscar información, aunque la verdad que había encontrado páginas muy interesantes hablando del tema, pero lo que hice fue copiar y pegar en un documento y guardarlo, no lo leí entero, porque simplemente no tenía ganas y tenía mucho sueño. Así que apagué el portatil y me fui a la cama cansada y con ganas de no levantarme nunca.

A la mañana siguiente, sonó mi despertador a las siete de la mañana, me levanté zombie y en el primer pitido del despertador. Cogí unos vaqueros, una camiseta de mangas largas y la chaqueta azul marina que me compré el año pasado. Me puse unos calcetines y mis deportivas, cogí mi bufanda por si hacía mucho frío y me fui al baño a peinarme, lavarme la cara y posteriormente bajar a desayunar para después lavarme los dientes. Desayuné unos cereales de chocolate con leche templada. Recogí el baño y la cuchara y lavé las dos cosas en un momento, subí de nuevo a mi cuarto preparé la mochila e hice la cama en un momento. Fui al baño, me lavé los dientes y cuando me di cuenta eran casi las ocho de la mañana. Volví a mi cuarto cogí la mochila y la carpeta y bajé para irme ya. Encontré mis llaves en el llavero, abrí la puerta con la llave y salí cerrándola de nuevo y echando la llave. Me fui a paso ligero hacia el instituto, ví a varios chicos que eran de secundaria juntos y que seguramente irían al mismo instituto que yo porque me sonaban de algo. Ví un coche que era parecido al de Antonio y de repente el coche frenó en seco y retrocedió. "¡Es Antonio!" me dije a mi misma, "pero, ¿qué hace por aquí y sin mi hermano?" me pregunté. La verdad que no lo sabía pero bajo la ventanilla seguramente para decirme algo.

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