
Subieron las escaleras murmurando y me imagino ya de quien estaban hablando o me imagino la de payasadas que le estaba contando mi hermano a su amigo de mi ¡claro está! Pero este cuando lo coja se va a enterar de lo que vale un peine. Me senté en el sofá y me crucé de piernas.
-¿Aún no ha llegado papá del trabajo? – le pregunté a mi madre preocupada casi siempre llegaba a las 6 de la tarde pero esta vez se estaba retrasando mucho eran ya casi las 7 de la tarde.
-Que va hija aún no ha terminado la reunión, por lo visto le queda para rato y no sabe si llegará a cenar si quiera – me explicó mi madre
-Ah bueno ... Me voy a subir a mi cuarto, llamaré a Angy haber que está haciendo
Tal y como dije me subí a mi cuarto cogí el móvil y marqué el número de Angy, cuando dio tres toques le cogió.
-¡Hey! ¿Qué pasa estúpida me hechas de menos eh? – me dijo en tono simpático.
-Si te hecho tanto de menos que he soñado contigo y todo – nos reímos al unísono, si es que esta niña me hacía reír a todas horas aunque estuviera llorando como una magdalena – Eres la leche Angy.
-Ya bueno y tu eres el colacao – dijo mientras se reía.
-Joder tía que domingo más aburrido he pasado en mi casa, he cogido el libro de economía para ir adelantando materia y me he quedado dormida de lo que me aburría el tema, ja, ja.
-Normal si es que el ganso no deja de mandar deberes y trabajos se cree que nada más tenemos tiempo para su asignatura, cualquier día se encuentra su libro hecho pedacitos por la clase – y es que a Angy de nunca le ha caído bien el ganso, nuestro profesor de economía.
-Ya, bueno cambiando de tema – puse un tono de misterio – ¿A que no sabes quien está en mi casa?.
-Pues bueno puede ser tu madre, tu padre, el estúpido de tu hermano ... – no se le pasará por la cabeza quien está aquí así que yo esperé a que me hiciera la pregunta clave - ¿Me lo vas a decir o que niña?.
-Bueno si te pones así ... Antonio, un amigo de mi hermano que está buenísimo je, je, tía que un poco más y no me hecho encima suya delante de mi madre y mi hermano, ja, ja – y es que Angy seguramente se estaría imaginando la reacción de mi madre al ver ese cuadro – ¡Y no! No imagines cosas que no son ¡eh!.
-No si yo no me imagino nada, ja, ja.
-Ya claro como sino te conociera ya lo suficiente – le dije en tono burlón – Además sabes como soy y no haría semejante locura y menos delante de mi madre – llamaron a la puerta y yo me pegué un susto que un poco más y no toco el techo con la cabeza – Espera que llaman a la puerta de mi cuarto – solté el móvil encima de la cama y me fui a la puerta para abrir - ¿Quién es? – dije antes de abrir.
-Soy yo Ester, Antonio – me explicó con un tono apaciguado
-Abrí la puerta – Hola, ¿qué quieres?
-Nada solo que pasaba por el pasillo vengo de baño y me gustaría saber si tienes planes para mañana – no sé si era una pregunta o una afirmación así que ...
-Hombre de momento tengo planes de ir al instituto – me reí, mientras el me imponía con esos ojos verdes que tenía – Aunque pensándolo bien no, no tengo ningún plan para mañana, aparte de ese claro.
-¡Ah! Pues perfecto, ¿te gustaría venir a patinar?
-A mi lo de patinar no se me da muy bien – después de contestarle me mordí el labio en señal de nerviosismo
-Bueno pues no sé, yo te enseñaré si quieres – me dijo simpáticamente – Entonces, ¿vendrás?
-Bueno, me lo pensaré ¿vale? – antes de contestarle eso me quedé un momento pensando, me hago de rogar ...
-Am vale, pues me encantaría que vinieras – me sonrió y me miró con impaciencia para que la contestación fuera un sí quiero, como en las bodas – Bueno pues ya me contestarás – me dio un papel en el que había un número de móvil – Este es mi móvil contesta ahí cuando ya hayas decidido si venir o no – se fue tranquilamente.
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