-Tú lo has dicho estaba, ya he vuelto, además esta es mi casa tanto como la tuya ¿no? – cuando dijo eso caí en la conclusión de que era su hermano, pero ¿Antonio tenía hermanos?.

-Ya, ya lo sé, pero no te esperaba.

-¡Ah! Y como no me esperabas, mamá y papá no están, tu te traes a ... – como no sabía quien era yo se inclinó un poco al lado para verme, pero no pudo verme mucho porque estaba detrás de el cuerpo de Antonio.

-Cuidado con lo que vas a decir Héctor.

-Bueno a esta muchacha ... – dijo no muy conforme con esa calificación que me hizo.

-Da la casualidad que esta muchacha es mi novia, así que no se de que te extraña que esté aquí en nuestra casa conmigo.

-No me extraña nada, lo que me extraña es que hallas esperado a que mamá y papá se fueran para hacerlo.

-No he esperado a nada, además no te tengo porque dar explicaciones, acabas de llegar y ya me estás haciendo un interrogatorio como si yo hubiera asesinado a alguien – giró la cara para mirarme – Ester coge tu ropa y ve a vestirte.

Yo no tenía palabras con el cuadro que se había formado en solo un momento, así que lo hice sin más, cogí mi ropa y me fui al baño para vestirme. Pero antes de marcharme escuché decir al hermano de Antonio ...

-Anda muchacho que bien te lo has montado, saliendo con la hermana de Rubén ... ¿Y él te ha dejado estar con ella?.

En cuanto escuché esa pregunta me puse los vaqueros y la camiseta en el pasillo, ni hice el intento de meterme en el baño para vestirme ya que esa pregunta de “¿y él te ha dejado estar con ella?” me puso la sangre negra, dejé la manta allí en el suelo y volví al salón y me puse en frente del hermano de Héctor.

-Mira con toda la educación del mundo porque yo no se quien eres tu, pero veo que tu si sabes quien soy yo, mi hermano no tiene nada que ver en esto, el no me tiene que dar permiso para nada porque yo elijo con quien me voy y con quien estoy, ¿entendido? ... – le dije con bordería aunque mi intención no era esa, sino todo lo contrario.

-Ester cállate – me dijo Antonio que estaba detrás mía poniéndose los vaqueros.

-No me callo, estoy ya harta de hacer las cosas a escondidas para que no se enteren mis padres, ni mi hermano.

-No le eches cuenta, mi hermano es así de cabrón.

-Lo siento si te ha molestado Ester – me dijo su hermano un poco arrepentido de lo que había causado nada más llegar de su viaje.

-No importa, pero te pediría por favor que no le digas nada a mi hermano, ni a mis padres quiero que se enteren por mi misma no por terceras personas.

-Sin problema, aunque no lo parezca yo no soy ese tipo de personas que se meten en la vida de los demás solamente para joderles, y ya que tu no me has hecho nada no voy a hacerte yo a ti tampoco nada, además eres mi cuñada – me dijo sonriéndome y acercándose a mi para darme un abrazo – Nos vemos mañana cuñada, Antonio que me voy a ver a mis amigos, ¿tú sabes donde está mi copia de la llave?.

-Creo que está arriba de todos modos toma coge las mías que yo tengo otras donde están las llaves de mi coche – cogió las llaves y se las tiró a su hermano que evidentemente las cogió.

Yo me quedé sentada en el sofá esperando a Antonio, que subió arriba para ponerse ropa abrigada ya que iba a llevarme a mi casa, y cuando bajó me llamó desde la puerta de la calle y me fui directa a donde estaba el. Cogió las llaves del coche que estaban encima de una mesa situada en la entrada del pasillo, era de madera de roble y estaba barnizada de color beige, en el que mi suegra, que raro me suena llamarla así, tenía un florero precioso con rosas naturales y rojas como el carmín, una foto de sus dos hijos, siempre me pregunté quien era el muchacho que estaba con Antonio en esa foto pero siempre se me olvidaba preguntarle, y una foto de su boda en la cuál salía preciosa con ese vestido blanco palabra de honor, aunque su marido tampoco es que estuviera muy mal en la foto todo lo contrario era la viva imagen de Antonio. Él se quedó mirándome y se dio cuenta de que estaba mirando la foto de sus padres de casados.