sábado, 12 de junio de 2010


Y comenzamos a hablar de los viejos tiempos, de cómo nos lo pasábamos cuando éramos pequeños y de cuanto tiempo hacía que no teníamos noticias uno del otro. Aún no había llegado el autobús, así que seguimos y seguimos hablando, la verdad que me alegro un montón de verle, de pequeña yo era su princesa que estaba atrapada en la torre y el era el apuesto príncipe que me rescataba. ¡Que tiempos aquellos! Bueno y también como todos tuvimos nuestros inocentes besos, solo éramos niños no sabíamos lo que hacíamos. Cuando llegó el autobús nos montamos y nos quedamos de pie para que una señora que estaba embarazada con su hijo de unos aproximados diez años se sentase en los asientos del autobús.

-Por cierto, ¿quieres venir a la fiesta que se celebra el 15 de mayo en la discoteca Rocher? – casualmente Antonio me había dicho lo mismo, pero claro Antonio sabía lo de Angy y yo no estaba segura de ir ... Así que a Dani creo que le tendré que mentir un poco para no decirle un no rotundo.

-Es que yo ... Estoy en temporada de exámenes y tal y no creo que ... Pueda ir.

-Anda ya Ester, si eres una chica super lista, seguro que sacas matrícula en todo. Venga hazlo por el mogollón de tiempo que no nos hemos visto, por favor – y es que ver esa cara de súplica que me ponía ... Tenía terminantemente prohibido decirle que no.

-Bueno vale iré ... Si me lo pides así de esa forma.

-No te lo estaba pidiendo.

-¿A no? – le dije arqueando la ceja derecha y mirándola con cara de sorpresa.

-No lo he pedido, te lo he suplicado que es todo lo contrario.

Seguimos hablando pero ya de otro tema, me acabo de dar cuenta de que a Dani le he dicho que si sobre la fiesta Rocher y a Antonio le he dicho que no ... ¡Soy una completa estúpida!. Cuando llegamos a la parada en la que el tenía que bajarse me dio mucha pena, pero antes de nada nos dimos los números de móvil por si queríamos quedar un día para hablar más tranquilamente. Antes de bajarse me dio dos besos y me dijo que se alegraba un montón de volver a verme. Cuando se marchó yo me puse a pensar en las preguntas tan obvias que debería de haberme hecho como: ¿tienes novio?, ¿estás estudiando?, ¿cuántos años tienes? ... Pero claro yo pensaba una cosa y el hacía otra ... Me bajé del autobús caminando por la acera hasta llegar a la entrada del instituto, nadie me miraba ... Absolutamente nadie me miraba, si acaso dos o tres personas que me encontraban por el camino y que no tenían más remedio que hacerlo ya que venían de frente hacia mí. Subí las escaleras hasta llegar a mi clase, todos estaban hablando sin preocupación ninguna, parecía que la única que sabía lo de la agresión del hermano de Angy era yo, por una parte me alegraba y por otra me ponía rabiosa. No sabía como podía tener unos compañeros tan insensibles, pero en realidad no es culpa suya ... Ellos también tienen problemas y no los van proclamando por cada lugar donde pasan. Cómo había faltado Tania compañera de mesa de Celia, me puse al lado de Celia porque como yo también tenía mi mesa libre no quería pasar el día sola. Total que me puse a su lado, la verdad que estaba amargada porque no hablaba demasiado la verdad ... Se ponía a copiar apuntes como una loca, no es que fuera muy lista le costaba lo suyo coger apuntes y aprendérselos era una muchacha admirada por todos, menos por los empollones de la clase ... Que asco les tengo, se creen los creadores del planeta, así les va ... Que todo el mundo se mete con ellos. Acabé las clases “bien” por así decirlo. Me volví a la parada del autobús la verdad que no tenía ganitas de quedarme en el instituto ni un minuto más. Llamé a Angy mientras venía el autobús o no.

-¿Angy? – le dije cuando pensé que había descolgado el móvil.

-Hola Ester – me dijo en tono alegre.

-Hola Angy, ¿qué tal todo?.

-De maravilla.

¿De maravilla? ¿he oído lo que realmente ha dicho? Pues si es así ... ¡Me alegro mogollón! Aunque la verdad que no sé si oí lo que ella realmente dijo, porque la verdad que ando un poco sorda, lo que se dice “empanada” ...

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