sábado, 12 de junio de 2010


Y seguidamente colgó, sabía que me había quedado dormida y tampoco es que esperase mucha respuesta a lo que el me dijo sino un simple y seco “adiós”. Me sentía sin ganas de seguir en este mundo ... No entiendo porque estaba así cuando era a Angy a la que le estaban pasando miles de cosas y la pobre ahí con una sonrisa en la cara para hacerle pensar a la gente que estaba bien cuando en realidad tenía ganas de tirarse por un acantilado. Cuando me levanté tenía todos los ojos llorosos, normal me puse a dormir llorando y si os digo la verdad no me gustaba pero es que necesitaba estar con Angy, necesitaba abrazarla, verla, oírla y darle tantos besos como me apeteciera. Me levanté desganada pero solo fui al instituto por Angy para que pudiera tener todos los apuntes, aunque la verdad que tenía miedo porque me estuve imaginando toda la noche la reacción de mis compañeros de clase al entrar yo por la puerta y empezar a abalanzarse sobre mi para saber cómo estaba el hermano de Angy o mucho peor como estaba Angy, entonces sería cuando yo rompería a llorar ... Y claro ... Eso importaría una mierda en ese momento cuando todos mis compañeros no dejaban de preguntarme y preguntarme y yo sin poder oír exactamente lo que dicen porque hablan todos a la vez. Eso me lo estuve imaginando todo el tiempo en el cuál me puse a hacer la maleta, a vestirme, peinarme y a desayunar. Me sobró un montón de tiempo porque como no había podido dormir muy bien, me desvelé a las siete de la mañana y desde luego que no quería seguir durmiendo y mucho menos pensando, tenía que distraerme haber si por lo menos me despejaba un poco, por eso me desperté porque si hubiera sido la alegre y extrovertida que fui hasta el momento que me enteré de lo de Angy hubiera seguido durmiendo. Eran las ocho y veinte de la mañana, no estaba levantado nadie excepto yo, todo el mundo dormía, todo el mundo descansaba menos yo ... Cogí dinero para comprarme algo en la cafetería y salí de casa con un desgano que no era normal en mi. Empecé a caminar por las calles con la cabeza agachada y intentando no pensar en nada, solo caminar e ir mirando a las personas, coches, motos, edificios, etc que divisaba por mi camino. Cuando llegué a la parada del autobús había muchas personas, esperé a que el semáforo de peatones se pusiera en verde y fui pasando por el paso de peatones como si fuera un espectro. Cuando llegué a la parada del autobús pues que no había sitio donde sentarse me apoyé en la mampara de la parada, cruzada de brazos. Estaba tranquila por un momento no estaba pensando en el problema de Angy y un chico que se acercaba a la parada, que no conocía, me sonrió y yo para no ser menos le devolví la sonrisa.

-Tu debes de ser la hermana de Rubén, ¿me equivoco? – me dijo insolentemente.

-Si, la misma – le contesté.

-Que guapa estás hacía tiempo que no te veía – me dijo mientras me sonreía.

-¿Hacía tiempo que no me veías?, perdona pero es que yo no sé quien eres ... – le dije un poco confusa a la respuesta que dio el.

-¿No te acuerdas de mi?, que raro porque de pequeña pasabas mucho tiempo conmigo jugando a las casitas ya que tu hermano no quería jugar contigo porque estaba viciado a los videojuegos.

-¿Daniel?, ¿acaso eres Dani? – le dije y puse los ojos como platos, al menos tendría ya veinte años uno más que mi hermano.

-¿Quién sino iba a ser? – me dijo sonriente.

-¡Ostias Dani! Cuanto tiempo, si señor estoy de acuerdo contigo, mucho tiempo sin verte y sin tener noticias de ti, me alegro de haberme vuelto a encontrar contigo.

-¿Eso es lo único que tienes que decirme? Ven y dame un abrazo ¿no?

-Hombre por supuesto – y le di un achuchón como cuando era pequeña, que nos dábamos tales abrazos que los ojos se nos salían de las orbitas.

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