viernes, 11 de junio de 2010


Sigo sin ser nadie en este mundo, por más que quiero rehacer mi vida no puedo, por más que quiero olvidar el pasado tampoco puedo. Seguramente seré una niña feliz, pero ¿dónde está ahora mi ansiada felicidad?, ¿dónde te encuentras maldita?. Necesito ver tu sonrisa reflejada en el espejo, necesito ver tus ojos soñadores, necesito reír y saltar, sentirme única alrededor de la muchedumbre. Quiero agarrar del pelo a la tristeza y enfrentarme con ella, pero su ejército no deja que aclare mis ojos y van cayendo por mis mejillas directos a alguna parte. Dichosas sean las horas en las que mis labios se consternan y cae por su propio peso la soledad ...


Mientras escribía tales palabras no dejaba de llorar, de vez en cuando ponía la mano en mi cabeza y me apoyaba en ella, necesitaba hablar con Antonio, no, no es que lo necesite es que voy a ir ahora mismo a buscarle, y me da igual, mi padre, mi madre y mi vecino. Cogí un pañuelo con el que me limpié las lágrimas y lo tiré a la papelera, fui al baño para arreglarme un poco el pelo y salí disparada hacia mi cuarto de nuevo para coger los apuntes de Angy y llevárselos a su casa. Bajé las escaleras dispuesta a salir de mi casa y a no volver a ella si no encontraba a Antonio. Cogí las llaves de mi casa para abrir la puerta que estaba echada con llave.

-¿Y ahora dónde vas?, estás castigada por si no te acordabas.

-Si me acuerdo muy bien, y seguro que tú tienes la culpa de todo ello, voy a casa de Angy a llevarle los apuntes de hoy, ¿pasa algo?.

-Si que pasa, que como se entere papá no sales de casa en lo que te queda de vida.

-Me da igual, estoy harta de que papá me manipule y tú deberías de estarlo también, porque también lo hace contigo.

-A mi no me manipula nadie niñata, pero si estás castigada te lo has ganado tú solita y nadie más, y si vives debajo de este techo tienes que acatar las normas.

-¡La vida no se rige solo por normas! ¿vale?, así que déjame y no te entrometas en mi vida.

-Yo no digo nada más - hizo un gesto como de que se cerraba la boca con una cremallera.

-Adiós - cerré de un portazo

0 comentarios:

Publicar un comentario